martes, 24 de septiembre de 2013

Críticas de cine y comentarios a películas: Ivan el Terrible




¡Muy buenas noches mis queridos cinéfilos! La gran, inolvidable y maravillosa película que comento hoy es Ivan el Terrible (Groznyy I, Sergei M. Eisenstein, 1958).

¿Qué te parece? ¿Qué opinas de esta película? ¡Espero vuestras respuestas!

Iván el Terrible, el que piensa por todos, el que decide por todos. El zar que abre el ojo cuando está enfermo y el libro sagrado le cubre el rostro, porque “Mis fieles tropas me rodean como un muro impenetrable. Pero estoy solo”. Y sí que lo está, tratándose de una lucha entre señores feudales.

Esta cinta se basa en un personaje histórico como fue el zar del Imperio ruso en el siglo XVI, Iván el Terrible, llamado así por considerársele espantosamente cruel. Pero no se representa tal que así en la interpretación propuesta por Eisenstein, de tal modo que no vemos solo a un zar omnipotente, temerario, solemne, grave, épico, espléndido personaje del pasado que elevó a los hombres con la consecución de grandes empresas, sino que se muestra al ser de la realeza imperial en sus contradicciones más íntimas de su carácter y conducta, en su debilidad, en su cotidianidad, en su falta de voluntad. Incluso cuando de pregunta en su indecisión: “¿Combato yo por la patria rusa?”.

Por otra parte, en la intimidad de todo el filme subyace un romanticismo fascinante por un héroe individual que maravilla y espanta. Observamos el culto a la personalidad en cada rincón atrapado por la cámara. Al mismo tiempo, Sergei Eisenstein, seguidor de Marx, lo laurea de críticas contra cualquier modo de tiranía. Tras la historia del Imperio Ruso, la revolución socialista.

De otro lado, se trata de una tragedia, en tanto en cuanto se palpa una fe profunda por el destino, que penetra y da sentido a la vida. Hoy día quizás ya no tanto colectiva como individual.

Asimismo, en esta tragedia laica, los ojos y las miradas están por todas partes insuflándonos la sensación de conjura, de conspiración y desconfianza.

Uno de los motivos que me han entusiasmado más hondamente es la pasión obsesiva por lo figurativo, por la representación de las formas incluso en las sombras con una nitidez, geometría y esperpentismo exacerbados, por la exageración de la expresión, estilizándola hasta alcanzar las más altas cotas de belleza, con extraordinarios mises-en-scènes, en los que se muestran los músculos contraídos de los actores falseando la expresión de los sentimientos. Además, es fascinante la potencia de cualquier imagen visual, mientras los personajes hablan declamando cadenciosamente en sincronía perfecta con un acompañamiento musical que, por su parte, pone el broche a tal alarde de majestuosidad, al tiempo que lo ridiculiza. Y en este espectáculo, la cámara participa encuadrando techos y bóvedas insistentemente, acrecentando la sensación de opresión sobre los hombres. También hay que notar cómo la horizontalidad domina sobre la verticalidad, de modo que el soberano debe incluso agacharse.

Para terminar, me quedo con esta cita de Sklovski: “Cuando desapareció Eisenstein, la vida se empobreció”.

*En la imagen Iván bañado por monedas de oro en su coronación como zar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario